Cirugía mínimamente invasiva en la ginecología

La laparoscopía herramienta diagnóstica y terapéutica esencial en la ginecología actual. Es el abordaje de la cavidad abdominopelviana y su contenido (intestino, útero, ovarios, trompas uterinas) por medio de una endocámara y pinzas. Este instrumental se introduce a través de incisiones en la piel que varían entre 5 a 10 milímetros. El ginecólogo realiza todo el procedimiento observando una pantalla de video conectada con la endocámara, con la gran ventaja de tener una vista del campo quirúrgico ampliada y de alta resolución.

Hoy en día la gran mayoría de las patologías ginecológicas pelvianas, se pueden tratar por laparoscopía. Incluyen quiste de los ovarios y las trompas (tumores benignos, hemorragias, embarazo ectópico no complicado, torsiones, infertilidad, adherencias), patologías del útero (miomatosis, hemorragias, tumores, etc.)

¿Qué ventajas tiene?

El ginecólogo se plantea una serie de objetivos fundamentales: curar o tratar la patología de la paciente evitando las complicaciones de la misma, evitar y tratar las complicaciones conocidas inherentes al procedimiento y ofrecerle el mejor postoperatorio posible al paciente. Es precisamente en este último punto donde la laparoscopía ha ofrecido sus mayores virtudes: el dolor postoperatorio, las náuseas y vómitos del postoperatorio, el tiempo de internación, el tiempo de limitación física y funcional que deben respetar, el retorno a las actividades laborales, académicas y cotidianas, todos estos síntomas y períodos son significativamente menores.

Dr. Martín Fernández Cortorreal, Ginecólogo – Obstetra - Laparoscopista. Centro de Consultas Ambulatorias (CCA) Centro Médico Bournigal